Es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud y la prevención de las enfermedades, para todas las personas y a cualquier edad. La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad, a través de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales, que han sido avalados por investigaciones científicas.
Se debe incluir en la rutina diaria, como dormir o comer, es decir, sin que suponga un esfuerzo extra. Habrá que tener en cuenta varias cosas y variables, como por ejemplo, la edad.
Por eso, si los que nos preocupan son nuestros pequeños/as o hijos/as adolescentes, podemos atender a varias recomendaciones:
Todos los niños y niñas deben participar en actividades físicas de al menos intensidad moderada durante 1 hora diaria (continuada o en periodos de 10 minutos a lo largo del día).
Al menos dos veces a la semana, parte de estas actividades físicas deben ayudar a mejorar y mantener la fuerza muscular y la flexibilidad.
RECUERDA
- Es necesaria una dieta rica en calcio junto con actividades de fuerza para alcanzar una buena mineralización de los huesos.
- El esfuerzo moderado es suficiente para mejorar la salud.
- Cada pequeño esfuerzo cuenta, se pueden incluir nuevas actividades físicas a lo largo del día.
- La actividad física debe ser segura. Evalúa los riesgos y capacidades, y elige las actividades y los espacios más seguros.
- Si la actividad física se presume larga, es muy importante tomar líquidos abundantes.
- En las actividades deportivas competitivas es mejor contar con el apoyo de un profesional.
SI VUESTRO HIJO O HIJA NO REALIZA UNA HORA DIARIA DE ACTIVIDAD FÍSICA
- Intenta que se aproxime lo más posible a esta recomendación y elabora un plan para que pueda alcanzarla en un futuro próximo.
- Intenta incorporar progresivamente la actividad física en su vida diaria (tareas cotidianas, trayectos a la escuela, juegos, etc.).